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Resumen quinto día V Conversaciones en la Colada

LAS V CONVERSACIONES EN LA COLADA FINALIZAN CON UNA PROPUESTA DE UNIDAD Y ACCIÓN FRENTE AL PROBLEMA DE LA DESPOBLACIÓN
Resumen del quinto día de las V Conversaciones en la Colada, organizadas por Cáritas Diocesana Ciudad Rodrigo. La clausura fue realizada por José Manuel Vidriales, vicario de Pastoral de la diócesis de Ciudad Rodrigo.
La quinta jornada de las V Conversaciones en la Colada, organizadas por Cáritas Diocesana Ciudad Rodrigo y centradas durante toda esta semana en la despoblación, comenzó este viernes 11 de marzo con la exposición de buenas prácticas en el mundo rural, a cargo del sacerdote Teo Nieto, que es responsable de 15 parroquias en el Aliste zamorano, donde también es profesor de religión en un instituto de secundaria.
Teo Nieto partió de la idea del ver analizando causas y consecuencias, juzgar iluminando la realidad con la Palabra de Dios y actuar, teniendo como modelo a Jesús de Nazaret, como modelo de sociedad el Reino de Dios y como modelo de Iglesia una Iglesia redonda no piramidal. Seguidamente se refirió al problema de la despoblación que conlleva falta de oportunidades, de recursos, brecha salarial, y al atractivo de la ciudad para los jóvenes, todo unido tiene como consecuencia el envejecimiento, la masculinización, el sentir que somos pocos, la desesperanza y la desintegración de los valores rurales porque vivimos una colonización total, ideológica. Tras ver, vino el capítulo de juzgar teniendo como referencia varios textos de la Biblia y publicaciones papales, Teo Nieto habló de la lucha por la justicia en el año de la Misericordia, definida como “movimiento del corazón que conduce a la acción”, reivindicó una Iglesia en salida como estructura, que invite a los cristianos a implicarse y, como consecuencia preocupada por el mundo rural. Seguidamente, vino el actuar, “toda acción tiene que tener un doble objetivo: cambiar el mundo y que el mundo no te cambie a ti”. Habló de acciones concretas llevadas a cabo en su zona: la sensibilización y movilización de la población con el objetivo de remover conciencias. En este punto presentó el Movimiento de Jóvenes Rurales Cristianos, que trabajan a base de campañas y mostró un video realizado con el lema “no somos un lugar de ocio, somos una alternativa de vida. Una segunda acción es ofrecer casas parroquiales a nuevos pobladores, proyecto “pueblos vivos, pueblos solidarios” aprobado por el obispado zamorano y que se está intentando llevar a cabo. Finalizó explicando dos acciones de futuro: la campaña “Cambiemos para que no cambie el clima” y la celebración del Día del Mundo Rural, que se celebrará el 15 de mayo.

Mesa redonda
Después del café y coloquio informal, tuvo lugar la mesa redonda “La Iglesia Diocesana ante el fenómeno del envejecimiento, la soledad, el aislamiento y la Despoblación” que tuvo como moderador a Domingo Matías. Los ponentes fueron el sacerdote diocesano Antonio Risueño, Ana Lucas (Manos Unidas), Javier Ramos y José Ángel Alvira (Conferencias S. Vicente).
Antonio Risueño transmitió en su intervención el mensaje de que hay que estar y permanecer, no engañarnos ni mentirnos, amar la tierra no conlleva soportar su realidad, no estamos para triunfar en un mundo de fracaso sino para estar al lado de los fracasados. En su conclusión dijo apostar por una mística del hoy, preguntándonos ¿qué tengo que denunciar hoy? ¿De qué tengo que salir hoy? Más allá del “hay que hacer”, superando el repunte importante de modernización que es el conformismo. Nuestra Tierra ha tenido y tiene problemas de pobreza, en la actualidad también de despoblación, debemos vivir en el problema y sólo así podremos activar mecanismos de recuperación, “es bien importante que nos sintamos dentro y vivamos dentro”.
Ana Lucas, como delegada diocesana de Manos Unidas, habló de la necesidad de aprender de los que menos tienen. Se refirió a su experiencia en Guatemala, donde recibió saberes más de los que aportó. A menudo somos pesimistas y “hay que tener futuro y mirarlo con esperanza”.
José Ángel Alvira, en representación de las Conferencias de San Vicente de Paúl, dijo que hay que ser positivo y buscar soluciones, valoró nuestra tierra y dijo encontrar en ella también opciones y oportunidades, hacia adelante, para atrás nunca. Las acciones pasan por la educación y fomentar el emprendimiento.
Javier Ramos, laico que participa activamente en la vida pastoral de su zona, explicó que es fundamental acompañar al que sufre, padecer con los que sufren, dignificar la vida. Como cristianos, ver y estar atentos a lo que está pasando, a los problemas, soledades, pobreza… a la gente. Porque con la despoblación hay un empobrecimiento de las realidades sociales, de la cobertura de la familia, hay mucha gente sola, las calles están deshabitadas y esto se une al individualismo impuesto por la cultura actual, todo ello hace que las relaciones sean difíciles. Los cristianos tenemos el papel de acompañar. Necesitamos convertirnos en una Iglesia profética. Los eslóganes actuales invitan a pensar que la situación no se puede cambiar, la Iglesia tiene que dar un paso adelante defendiendo la dignidad, la vida, proclamando los valores de una ética universal. Debemos colaborar con las personas que empujan a que este mundo sea más justo y humano.
Antes del coloquio, el moderador Domingo Matías, secretario de Cáritas Diocesana Ciudad Rodrigo, aportó tres propuestas: realización de un estudio diocesano de los recursos que tiene la diócesis que están sin utilizar y se pueden poner al servicio (por ejemplo, casas vacías), para entre todos plantear proyectos; creación de una base de datos de experiencias de trabajo de acompañamiento, de instituciones de Iglesia, parroquias…; y creación de espacios específicos para hablar sobre estos temas, porque a veces se actúa a nivel individual de las asociaciones, más sinergias, más redes de trabajo.
Finalmente, tuvo lugar la clausura de las V Conversaciones en la Colada a cargo José Manuel Vidriales, vicario pastoral de la diócesis de Ciudad Rodrigo, que comenzó con un reconocimiento inequívoco desde la Diócesis a estas jornadas. Las personas que participan en ellas nos ayudan a abrir los ojos a la historia de cada día y a preguntarnos por los retos. Citó al papa Francisco cuando habla de una Iglesia que tiene que salir y equivocarse, es preferible una Iglesia accidentada a una Iglesia encerrada en sí misma. Hay que salir a acompañar la historia del hombre de esta tierra y curar las heridas. Leyó palabras de Pablo VI en la Ecclesiam Suam, “la Iglesia debe ir hacia el diálogo con el mundo que le toca vivir (…) la Iglesia entonces se hace palabra, mensaje, se hace coloquio”. José Manuel Vidriales dijo que estas Conversaciones promovidas por la Iglesia diocesana a través de Cáritas invitan a una casa abierta, presente, pública, de diálogo abierto entre todos, fraterno, repetuoso y crítico, rico en experiencias sencillas que pueden abrir camino al futuro, “nos pueden ayudar a superar la inercia de hacer siempre lo mismo”, “estos coloquios nos ayudan a transitar por la historia a ras de suelo pero iluminados por el Señor y el Evangelio”, “es un espacio para dignificar nuestro espacio y nuestra tierra”. Recordó que el Obispo tiene grandes deseos de conseguir una mirada convergente, para conseguir una Iglesia sinodal, encendamos luces.

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