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El Arrabal de San Francisco

EL ARRABAL DEL SAN FRANCISCO CENTRA LA SEGUNDA CHARLA DE LAS VI JORNADAS SOBRE CIUDAD RODRIGO ORGANIZADAS POR FEVESA Y LA FUNDACIÓN CIUDAD RODRIGO

García Medina

La Fundación Ciudad Rodrigo y FEVESA organizan, con la colaboración del Ayuntamiento de Ciudad Rodrigo y por sexto año consecutivo, las Jornadas sobre Ciudad Rodrigo, este año centradas en “EL PASADO DE NUESTROS ARRABALES” e impartidas por Carlos García Medina. La segunda y última de estas charlas, que comenzaron el miércoles pasado en el Arrabal del Puente, tuvo lugar este viernes 11 de diciembre en el Espacio Municipal para la Igualdad sobre el Arrabal de San Francisco.
La introducción de esta segunda charla fue realizada por el teniente alcalde Domingo Benito, quien compartió mesa con el ponente Carlos García Medina y la presidenta de FEVESA, Maribel Rodríguez.
Carlos García Medina comenzó hablando del origen de los arrabales, la situación estratégica de Ciudad Rodrigo y como los arrabales son tan antiguos como la propia ciudad. Se refirió a la repoblación de Ciudad Rodrigo y toda la zona en la Edad Media, con gente procedente de León, Navarra, Asturias, Zamora y también de Galicia, algo que se puede comprobar en la toponimia de la comarca.
jornadas FEVESA
Se refirió igualmente a la muralla del Arrabal, cuyos vestigios aún se pueden ver en la trasera de la iglesia de San Andrés. Explicó que el Arrabal de San Francisco era conocido como la Villa y que su vida era bastante autónoma de la Ciudad. Habló de los carretilleros, buhoneros, charlatanes y comerciantes que pasaban por esta zona camino de Extremadura y de Portugal. De los sexmos en los que estaba dividida la comarca de Ciudad Rodrigo y del gran número de personas que habitaban la localidad, llegando en el siglo XV a los 14.000 vecinos. El ponente también comentó que los sitios y las guerras acabaron con un gran número de edificios religiosos y civiles a los largo de la historia, como la iglesia de san Mateo del siglo XIII, situada donde hoy se realiza el mercadillo, o la iglesia de San Albín y los baños, que estaban ubicados en la zona de la Florida. En este punto, Carlos García Medina habló de la primera Catedral de Ciudad Rodrigo, ubicada en la zona de la iglesia de san Andrés, que estaba dedicada a San Pablo, y aquí explicó una curiosidad sobre Alfonso Fernández Galerio, que murió en 1264, que fue enterrado en la primera Catedral y que fue el primer viticultor que hubo en Ciudad Rodrigo, provenía de Valladolid, de donde trajo las cepas. Este fue el punto de partida para hablar de las numerosas viñas que había antaño en Ciudad Rodrigo, de las cuales únicamente nos quedan los nombres: Viñas del Sol, Huertas de las Viñas, las Viñas de la Puentecilla…
El siguiente punto de explicación fueron las ferias, ya que en este Arrabal se encontraba el campo de las reses. Las Ferias importantes eran: la de Botijeros, de Mayo, Septiembre, San Andrés y una muy importante en Agosto, que se realizada terminada la cosecha. Venían a estas Ferias, chalanes de todos pueblos, y se vendían vacas moruchas entre otros animales. Además del ganado, en época de la Edad Media, la zona del campo de las reses era el lugar donde se realizaban los alardes y martingalas.
Ciudad Rodrigo llegó a tener 72 parroquias y Carlos García Medina fue enumerando las que había en el Arrabal de San Francisco, entre otras: San Pelayo, San Miguel, Santiago, San Mateo, Magdalena, San Cristóbal, San Julián, Nuestra Señora del Gozo, San Justo, San Albín, San Martín, San Hipólito, … Los conventos de San Francisco y Santa Clara y las ermitas de San Sebastián, la de San Gil donde se situó posteriormente el convento franciscano o de Cruz Tejada, esta última con un Cristo que trajo un indiano, en esta zona, ubicada donde están ahora las Tres Columnas, había un lavadero y un caño para el ganado.
García Medina habló de la Mesta y la importancia de las Cañadas. Dijo que una de las puertas de Ciudad Rodrigo se llama Colada, probablemente porque así son conocidas las zonas de paso de ganado. Mencionó la Casa de los Niños Expósitos también ubicada en el Arrabal de San Francisco y el cementerio municipal cuyo origen se sitúa en los primeros años del siglo XIX, después de la Guerra de la Independencia.
Tuvo palabras también para el origen del barrio Valle de San Martín en las huertas de Céspedes y Samaniego. Como anécdota, comentó que su tío Edmundo quiso comercializar las aguas de la Fuente Boticaria, que siempre se dijo que eran medicinales. También, señaló el convento de Santa Cruz, quemado en el sitio de los franceses y es que estos arrabales crecen y decrecen con las guerras, especialmente la de Secesión y la de Independencia. Muchas calles desaparecen. Por ejemplo, en la zona de la actual avenida España hubo una olmeda enorme, plantada tras la destrucción de la guerra de la Independencia, en 1820, de ahí surge el Árbol Gordo, que marcaba el inicio de la Ciudad, y era una especia de tierra de nadie. Las alimañas que se mataban se colgaban de este Árbol, aquí se contrataba a los jornaleros por San Pedro, era el terreno de las pedreas entre los chicos del Arrabal y de la Ciudad, el lugar donde venían los ciegos a contar historias, los charlatanes a vender, “un tótem bajo cuya sombre la gente hablaba y se comunicaba”. Ahora que el Árbol Gordo ha desaparecido se va a plantar una encina, “que también será un símbolo muy bonito”.
La siguiente parte de la charla, se dedicó a los parques de la zona: La Glorieta, jardín de invierno, y La Florida, de verano. Ambos con un kiosco para la música. La gente venía mucho a los jardines, cuyo concepto era más funcional que ahora. Los jardines son sitios que curan y dan tranquilidad. El ponente habló de su especial atracción por la Florida. También, hizo referencia a Los Tilos, donde, según comentó, había unos urinarios públicos estéticamente destacables.
En la última parte de su disertación, García Medina habló de los talleres de trabajos que se han perdido y que también se ubicaban en este Arrabal: alfareros, cencerreros, herradores … En la plaza de los Herradores había un olmo con un hueco, donde en Navidad la familia Villarrubias colocaba un belén, cuando él era pequeño siempre pasaba a verlo cada vez que venía a Ciudad Rodrigo en época navideña, ya que él es hijo de emigrantes, hasta que un día desapareció el belén y el árbol, y desde entonces su Navidad fue diferente.
El tipo de construcción el Arrabal de San Francisco es ecléctica, García Medina tiene especial predilección por la calle Lázaro, donde se encuentran aún las puertas grandes por donde entraban los carros. También explicó el porqué de la denominación de la calle el Rollo o de Lorenza Iglesias, donde se ubicaba una picota para impartir justicia. Mencionó algunas calles como la de los Judíos o de José María del Hierro, Santo Domingo, San Pelayo, Canal, Voladero, Peramato, Cárcaba, Fuentenava, Laguna, Carambana, los Caños, Rastrillo, Cuartel Viejo, Valera, Ruesga, … Dijo que en la calle del Rollo había un mercado de hortelanos los domingos. También mencionó la peña del Sastre y el Campo de Pulgarcito, que era sí conocida porque había una familia de gente bajita que vivía en el cuerpo de guardia de esa zona.
Por último, habló de lo que supuso la llegada del ferrocarril con la creación de nuevos barrios como las Casas de Martín Baez y el barrio de la Rana. Además mencionó a los barrios más recientes: el Barrio de Santa Ana y el del Valle de San Martín. En el turno de preguntas, el público preguntó por el Árbol Gordo y el acueducto de San Giraldo.

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